#ElPerúQueQueremos

Mario Vargas Llosa y el valor de las ídeas

Escritor cumple hoy 80 años y al margen de su gran legado literario hay algo que los peruanos han olvidado. Es el padre intelectual del modelo económico que todavía nos rige y que a pesar de sus deficiencias ha permitido un crecimiento sostenido en los últimos 12 años. Feliz cumpleaños maestro!!!

Publicado: 2016-03-28

Todavía recuerdo como si fuera ayer mis años de niñez en medio de las 2 C que caracterizaban al Perú: colas y crisis. Uno no participaba de la discusión política pero en enseñanzas pequeñas se podía dar cuenta de que algunas cosas no andaban bien

Una de mis primeras tareas asignandas en el hogar durante mi niñez fue la de ir a comprar el pan para el lonche.  Había que hacer largas colas y para mi y mi hermano menor una manera de distraerse mientras abría la panadería, era escoger una marca de carro y ponernos a contar, ganaba en función a que marca pasaba más en ese lapso. No había mucho que escoger, los escarabajos de Volkswagen, los Toyota y los Datsun eras las marcas que dominaban el transito y el mercado. Cuando lo hacíamos por colores la situación no variaba mucho. 

Conocí a Mario Vargas Llosa a través de su programa "La torre de babel" que mis padres veían con sumo interés. En ese entonces solo había tres canales 4- 5 y 7 y el programa lo pasaba el 5. No le prestaba mucha atención pues estaba muy chico para entenderlo pero gracias a eso supe que el conductor era nuestro escritor más prestigiado y que había escrito algunos libros que todavía no estaba en edad de leer.

Con el tiempo y ya en secundaria empecé a conocer más de su obra literaria y también a leerlo a través de su columnas que en ese entonces publicaba el Diario el Comercio. Uno más grande ya era consciente de palabras como inflación, escasez, control de precios y los famosos y recordados paquetazos.

Todo cambio sucedió en el discurso de Fiestas Patrias de 1987 cuando el presidente de ese entonces Alan García anunció la estatización de la banca y las empresas de seguros bajo una serie de argumentos bastante cuestionables. Es allí que la voz de Vargas Llosa se transforma también en acciones.

La medida era desafortunada pero siendo sinceros los banqueros no eran personajes populares para el grueso de la población y no tenían un vocero válido para hacerse escuchar. Es por ello que se alinearon al discurso libertario del escritor y prácticamente lo catapultaron a ser el principal opositor al régimen de turno y a sus medidas confiscatorias.

Recuerdo muy bien el viernes del 21 de agosto de 1987,  salía del colegio en el centro de Lima pues me llamó la atención la gran cantidad de gente que se dirigía hacia la Plaza San Martín. Sobre todo me llamó la atención la cantidad de chicas lindas que iban con sus vinchas y carteles. Motivado por eso fui siguiendo a la multitud. No me quedé pues no había pedido permiso pero ya en casa viendo el noticiero supe que Vargas llosa había dado un contundente discurso contra las medidas del gobierno y ante un multitudinario público.

Con los meses el arequipeño no solo se empeñó en combatir esa medida sino en promover unas ideas que en ese momento eran desconocidas para mí como son el libre mercado, la libre competencia, atraer inversión extranjera, apertura de mercados y que con su discurso convincente fue calando en un gran grupo de peruanos que deseaban medidas concretas para superar la crisis económica.

Aquí es donde destaco el valor del intelectual fue un largo y desgastante apostolado para convencer a la población sobre las medidas que había que tomar para salir de la crisis. Los extremos eran el público más dificil. Por un lado los pobres pues temían que la crisis y los ajustes de precios los afecten más y la clase empresarial acostumbrada al mercantilismo (No olvidar a los 12 apostoles que hasta meses antes habían sido los engreídos del régimen) y que veían esas medidas de apertura comercial con suma preocupación.

El verano de 1989 ya había leído su gran novela "La ciudad y Los Perros" quede conmovido por la historia y la técnica narrativa. Eso me hizo admirar más al escritor que para esa fecha era obligado por las circunstancias a ser candidato presidencial de un conglomerado de intereses que iban más allá de su propuesta. La clase política para variar no estaba preparada para ver los grandes cambios sociales que se producían en el país y veían en el escritor la posibilidad de regresar al poder. La idea de evitar la fragmentación de la propuesta primó en él así que prefirió no ir solo con su movimiento sino incorporar a otras fuerzas. Eso en vez de sumar le terminó restando.

Yo discrepo con los que dicen que Mario Vargas Llosa fue un mal candidato. Decir la verdad, exponer claramente un plan de trabajo no es mala estrategia, el problema es que somos malos electores. Nos gusta elegir mal y ese eso es materia de otro análisis.

El final ya lo saben. Fujimori ganó y tuvo el acierto de implementar una serie de medidas (nunca tuvo un plan de gobierno) basado en el plan del Fredemo incluso el shock para estabilizar los precios. Lo que debería reconocer el fujimorismo es que esas medidas duras en ese entonces habrían ocasionado mayor convulsión social si no es que hubiese existido un 30% de la población que aceptó esa prédica y que la apoyó en su momento. Gente que en mayor medida era nuestra antigua clase media. Y esa fuerza social no hubiese existido sin el discurso convincente de Mario Vargas Llosa. El verdadero padre de las reformas económicas en el Perú.

Lo que vino después del 5 de abril de 1992 (hasta entonces el escritor se había mantenido neutral con el gobierno de turno) fue una ardua oposición a la autocracia que se instalaba en el país y una lucha constante que incluía el pedido de embargos a organismos multinacionales con el fin de presionar al régimen a reinstaurar la democracia. De eso se aprovechó la dictadura y sus sobones que antes estuvieron con el escritor para a través de la prensa comprada atribuirle el título de "resentido por la derrota". En fin, eso es materia de otra discusión pero lo cierto es que Vargas Llosa sabía y lo decía cada vez que  podía que la dictadura "es el germen de la corrupción". Años después y vídeos de por medio terminaron dándole la razón.

Hoy cumple 80 años y este texto es un modesto homenaje al más grande intelectual que ha dado nuestro país.


Escrito por

Claudio Alberto Temoche Cortez

El pasado está olvidado, el presente se está viviendo y el futuro lo estoy creando. Me gusta escribir, leer y jugar tenis de mesa.


Publicado en